Buenas tardes a
todos! No penséis ni mucho menos que me he olvidado de vosotros, pero, al igual
que la mayoría, esta Semana Santa he estado de vacaciones. Hay que
aprovechar los días festivos para desconectar un poco de la rutina y ver sitios
nuevos.
Yo he descubierto
una ciudad preciosa, un cuento de hadas en el centro de Europa: Praga. Por supuesto,
he hecho muchas fotografías de esta ciudad empedrada, aunque las dejaré más
adelante. En este entrada os quiero enseñar otra cara de Praga, un poco más
triste, pero que también debe ser mostrada. Estoy hablando de Terezín, un
pueblo cercano a la ciudad con mucha historia.
Para situaros un
poco, el Rey José II de Austria mandó construir allí una fortaleza entre 1780 y
1790 a la que llamó Terezín por su madre, la Reina María Teresa. Aparte de
servir de residencia para militares, posteriormente se utilizó como
"cárcel" para presos. Entre ellos Gavrilo Princip, asesino del
heredero al trono austro-húngaro que desencadenó el inicio de la I Guerra
Mundial.
Pero lo más duro
fue durante la época nazi. Con Hitler, inmersos en la II Guerra Mundial, fue
utilizado como campo de concentración, teniendo como prisioneros a los judíos. Aunque
aquí no los mataron, lo hacían en otros campos como el de Auswicht (Polonia),
los tenían en condiciones infrahumanas, conviviendo más de 100 personas en cada
habitación, sin calefacción y con apenas comida, trabajando durante todo el día
y torturándolos. Sin embargo, esto se vendió como un modelo de asentamiento
judío, donde simplemente se les reeducaba. Se trataba de "la gran
mentira". Para ocultar la realidad al mundo incluso rodaron una película
donde mostraban lo "felices" que eran los judíos allí.
Aquí os muestro
unas fotos, sencillas, pero que muestran un poco la crudeza del lugar.
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Barracones |
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Entrada a la fortaleza pequeña de Terezín |
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"Trabajar os hará libres" |
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Llamada a los presos |
Tuvimos un guía
estupendo y con sus explicaciones llegamos a sentir la angustia que
tuvieron que padecer aquellas personas. Es duro cuando lo lees, pero cuando te
lo relatan y estás "in situ" es muy impactante. Por eso considero,
bajo mi punto de vista, que es muy importante que conozcamos la historia. No
sólo las cosas buenas sino también las malas para que nunca más se vuelvan a
repetir.
Muchas son las maneras de contar las cosas, yo lo hago con mis
fotografías. Os deseo lo mejor a
todos y queda pendiente la cara bonita de Praga. Un beso!